miércoles, 30 de marzo de 2011

FOCACCIA DE ALBAHACA, ORÉGANO Y ACEITUNAS NEGRAS



Quién me iba a decir a mí que hacer pan en casa se iba a convertir en una rutina semanal... ¡Y tan feliz!

La primera vez que hice pan fue una masa de pizza con mi padre. Nunca he tenido una máquina de hacer pan, ni Thermomix ni nada. La casa en la que vivíamos antes tenía una cocina chiquitita y mis padres no me dejaban comprarme ningún cacharro por falta de espacio. De hecho, mis moldes de pasteles los guardaba en mi habitación! :D
Recuerdo las tardes de invierno en casa haciendo masa de pizza para despúes tomarla en la cena. Tengo muy presente (hasta ahora me lo sigue diciendo...) los movimientos para amasar, echar harina poco a poco mientras amasaba, el pedirme paciencia para que la masa creciera... Cuando lo hacía por fin, mi padre la estiraba con el rodillo, la ponía sobre la bandeja de horno, la horneaba un par de minutos y después le poníamos el tomate, queso... Después de tantos años, llegamos a hacer incluso pizza de jamón con plátano jajajaja.

De eso ha pasado más de una década y ahora que tengo mi casa hago mi pan desde hace un año. Empecé con el pan de barra con masa básica, al día siguiente lo cortamos en rebanadas y tostadas con aceite de oliva. Después experimenté con el (...o se dice 'la'?) baguette. Seguidamente hice el pan de molde de Richard Bertinet con y sin prefermento, con y sin semillas, integral o de avena... Y por último la focaccia ;)
He de decir que antes de encontrar esta receta busqué y busqué en la interminable lista de blogs que visito a diario. No es por ser mala, pero quise probar con una receta cuyo blogger fuese italiana o italiano, y así fue. Es de La Zuccheriera, pero adapté la receta a mis gustos después de verla en el blog de Bocados dulces y salados

Es una receta facilísima. Yo la hago a mano y no veas cómo me desestreso después del trabajo ;) Aparte de eso, es que hacer pan me relaja y al ver los resultados, la satisfacción que me llena es inmensa!
Y ya ni os cuento cuando se lo déis de probar a familiares y amigos: ¡éxito total!




Aquí la bola sobre mi mano ;)



¡La masa ya ha duplicado su tamaño! (... incluso triplicado)


''Despréndete del bol, ¡monstruo!'' :P







El corte

En casa lo tomamos para casi todo. De hecho, he dejado de hacer pan de molde porque ha gustado mas éste. ¿Cómo? Pues fácil:
Lo abrimos por la mitad, lo rellenamos (hay infinitas posibilidades) y lo tostamos un poquito en la sartén.

Varios ejemplos de los que tomamos en casa:

    - Para mojar en unos 'oeufs cocotte' o cualquier plato de huevo que permita que se pueda mojar el pan en yema ;)
    - Para acompañar cualquier plato de pasta
    - Como sandwich
    - Para tomar acompañado de buenos embutidos (salami, jamón ibérico, lomo de bellota, chorizo ibérico, salchichón ibérico...)
    - Tostado y regado con aceite de oliva virgen extra y un poquito de tomate rallado, o no.
    - Como croûton o picatoste en una crema de verduras o ensalada.

Y así mil y una posibilidades que os mostraré (sólo un par de ellas) en el próximo post.


¡Espero que la hagáis y disfrutéis tanto como nosotros en casa! :D

viernes, 11 de marzo de 2011

ALITAS DE POLLO MACERADAS AL HORNO



Cuando pienso en alitas de pollo me viene a la memoria las alitas de pollo fritas que cenaba en casa de mis padres cuando era (bastante) más pequeña, y cómo mi padre y mi madre maldecían las alitas por lo mucho que salpicaba de aceite las joías. También recuerdo que pasábamos algunos días de verano en Navalcarnero, haciendo barbacoas en mitad del campo (cuando se podía...) y a los peques nos hacían salchichas jumbo y trozos pollo que lo tenían previamente macerado en la bebida gaseosa de limón 7up, con limones cortados, dientes de ajo enteros machacados, sal y bolas de pimienta negra. Madre mía, ¡qué recuerdos me trae toda esa comida!

Hoy en día, si hay unas alitas que me han marcado recientemente son las del restaurante Hard Rock que pican mil demonios, ¡la madre! Cuando solía ir con mis padres o con el Sr. Mayffins siempre nos pedíamos el ''Jumbo Combo'', o lo que sería un plato degustación con todos los tipos de entrantes que tienen en carta, y uno de ellos son las ''alitas del diablo'', que son como las hemos bautizado en casa ;)

Normalmente, en casa cocinamos las alitas al horno, ya que odio freir y sobre todo si salpica mucho... La ventaja que tenía para cocinar pollo cuando vivía en casa de mi madre, era su viejo horno de convección, que tan de moda se ha puesto ahora, pero ella lo tiene desde hace diez años y se lo trajo en su equipaje de mano desde Filipinas.
La de mini pizzas que me hacía yo para cenar en época de exámenes, o rollitos de carne, el famoso pollo al 7up... Eso sí, cuando llegaba la factura de luz estoy segura que mi madre más de una vez pensó en no macerarme más pollo! jajaja

Durante este último año, hemos probado las alitas a la sal (facilísimas y ricas!) y unas a la Coca Cola del Señor Harry Haller, hasta que un día, navegando, decidí buscar recetas de alitas de pollo maceradas. Busqué en La Cocina de Lechuza (siempre que quiero hacer un plato de los 'de toa la vida' recurro a su blog y los resultados son como estar comiendo en casa de la yaya. Me encanta), en I-recetas (debido a mi impaciencia sumado al hambre de mi contrario ;) no reduje la salsa como era debido y salió un poco aguada, pero os aseguro que de sabor estaban dulzonas y muy ricas) y finalmente di con una, que para mí es LA RECETA y es de Pintxo.
Tiene un blog que no os podéis perder. Aparte de tener un nombre que me enganchó desde la primera vez que lo leí hace dos años (más que nada porque yo misma me declaro monstruo... de galletas) tiene unas recetas fáciles de elaborar, con ingredientes de andar por casa, o al menos en la mía, y tiene una lista de recetas de galletas que deberiáis probar, sobre todo las pastas de mantequilla al minuto, ¡INCREÍBLES! Mil veces mejor que las galletas de la lata azul ;)

La he modificado ligeramente, adaptándola a mi gusto y al del Sr. Mayffins.
Os aviso que para hacer estas alitas, se necesita macerar como mínimo 24 horas en la nevera. Yo las maceré en una bolsa de congelación con cierre (al estilo de mi padre desde siempre o como Nigella Lawson jajaj) y las dejé un par de horitas más, pero con 24 es más que suficiente.


A mi manera, he manchado solamente un cuchillo, la tabla de cortar, un recipiente hondo y un par de cucharas...
¡Empecemos!



ALITAS MACERADAS (Para dos personas hambrientas)

1 kg. de alitas de pollo (en casa las partimos por la mitad porque cada uno tiene su lado favorito, y qué casualidad que no sea el mismo!)
125 ml de vino blanco
2 cdtas. colmadas de pimentón (en casa preferimos la variedad dulce, más que nada para no llevarnos ninguna sorpresa...)
El zumo de una naranja hermosa.
3 cdas. de miel de flores
6 cucharadas de ketchup
1 cdta. de mostaza inglesa
1 cdta. de mostaza a la antigua
1 cda. de orégano seco
1 cda. de albahaca seca
6 dientes de ajo bien picadito


Lo primero de todo será limpiar con agua fría las piezas, quitar las pocas plumas que hayan podido quedar y secarlas bien con papel de cocina. Si queréis podéis separar las partes de la alita, en casa las hacemos así ya que cada uno tiene su parte preferida ;) Metemos las alitas en un recipiente, o en nuestro caso, en una bolsa de congelación con cierre.
Picamos los ajos, y los echamos en un tazón donde habremos puesto el vino blanco, el zumo de naranja, el pimentón, el ketchup, la miel, los dos tipos de mostaza y las hierbas secas. Mezclamos y lo echamos sobre las alitas. Movemos bien la bolsa para que se impregnen bien las alitas, cerramos bien la bolsa y lo metemos en la nevera durante 24 horas.

Pasadas las 24 horas, sacamos la bolsa de la nevera y dejamos que coja temperatura ambiente antes de hornear.
Precalentamos el horno. El mío lo pongo a 250ºC y preparo la bandeja poniendo papel de aluminio y encima papel de hornear, ya que así mancho menos ;)
Colocamos las alitas sobre la bandeja, separadas y procederemos a hornearlo.
¡NO TIRÉIS LA SALSA!
Pues eso, echaremos la salsa en un cazo o sartén para que reduzca a una temperatura media-baja. Mientras que las alitas se están horneando, cuando veamos que le quedan 5-10 minutos, pincelamos cada alita con la salsa  reducida. Lo dejamos hasta que se haya formado una costrita de salsa y servimos.
Se puede acompañar de patatas fritas o una ensalada. En casa las tomamos tal cual, sin mas.

El tiempo y la temperatura es orientativo. Cómo veis, Pintxo lo hornea a 180º durante 40 minutos por un lado, y los 20 minutos siguientes dándole la vuelta a las alitas, osease, una hora.
Mi horno no alcanza los 250ºC reales a no ser que lo tenga precalentando más de media hora y no abra la puerta del horno, y como es muy normalito y no tiene ventilador, tarda en hacer las alitas una hora a 220º-250º durante una hora. Eso sí, no me ha hecho falta darles la vuelta ;)




Como mucho, la única dificultad que le veo a este plato es el tiempo y la temperatura de horneado para aquellos que no conocen muy bien su horno. Porque ya habéis visto que el pollo se macera solo y encima, ¡se hornean! Ni salpicaduras, ni tiempo de espera por tener que freirlas por tandas... Nada, nada, todo facilidad!

Así que ya sabéis, hacedla si queréis probar una receta nueva sobre alitas de pollo al horno maceradas y, ¡recomiento muchas servilletas porque os vais a pringar!